Luisa Pineda

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VISA VAWA

HONDURAS

Luisa Pineda, una mujer hondureña de 34 años, había soñado con una vida mejor en Estados Unidos. Conoció a John, un ciudadano americano, a través de una red social. Durante un año, mantuvieron una relación virtual, intercambiando mensajes y videollamadas. John le prometió una vida llena de amor y estabilidad, y Luisa, ilusionada con la idea de un futuro mejor, decidió dar el paso.

Luisa viajó a Estados Unidos y se casó con John en una pequeña ceremonia. Al principio, todo parecía perfecto. John la colmaba de atenciones y cariños, y ella creía haber encontrado al hombre de sus sueños.

 Sin embargo, después de unos meses, la situación con John se mostraba cada vez más controlador. Insistía en saber cada movimiento de Luisa, limitando su contacto con su familia y amigos en Honduras. Al principio, ella pensó que esto era una señal de amor y preocupación, pero pronto se dio cuenta de que era una forma de aislamiento.

La situación empeoró rápidamente. John comenzó a abusar verbalmente de Luisa, humillándola y menospreciándola constantemente, incluso delante de amigos y conocidos durante reuniones sociales. Los insultos se convirtieron en agresiones físicas. Luisa vivía en un estado constante de miedo y ansiedad, sin saber cuándo John perdería el control nuevamente.

El trauma psicológico comenzó a afectar seriamente a Luisa. Sufría de ataques de pánico, insomnio y una profunda depresión. John, al ver su vulnerabilidad, la manipulaba diciéndole que, si intentaba irse, la deportarían y nunca podría volver a ver a su familia. La llenó de temores infundados sobre su situación migratoria y legal.

Una noche, después de una discusión acalorada, John golpeó a Luisa con una brutalidad que nunca antes había mostrado. Ella cayó al suelo, sintiendo un dolor agudo en su rostro y cuerpo. Con lágrimas en los ojos, se levantó y se miró en el espejo, viendo su rostro hinchado y morado. La violencia había dejado marcas evidentes: un ojo amoratado, la nariz sangrando y varias contusiones en sus brazos y piernas.

Al día siguiente, Luisa acudió a un hospital local, donde el personal médico documentó sus lesiones. Los exámenes médicos revelaron múltiples hematomas y una fractura en la nariz. Los informes médicos se convirtieron en pruebas cruciales de la violencia sufrida.

Los vecinos, que habían escuchado los gritos y golpes, empezaron a notar el estado de Luisa. Uno de ellos, una mujer mayor llamada Mrs. Thompson, se acercó a ella una mañana y le dijo: “Escuché lo que pasó anoche. No estás sola, querida. Si necesitas ayuda, puedes contar conmigo.”

Con el tiempo, más vecinos y conocidos comenzaron a ser testigos de la situación. Algunos vieron las marcas en el cuerpo de Luisa y la escucharon llorar en repetidas ocasiones. Durante una reunión social, John la humilló públicamente, y varios amigos presentes comenzaron a sospechar que algo estaba muy mal en su matrimonio.

Desesperada y sintiéndose atrapada, Luisa recordó las palabras de una amiga que también había emigrado a Estados Unidos: “Si alguna vez necesitas ayuda, no dudes en buscar apoyo legal. Hay leyes que te protegen.” Así, Luisa descubrió la existencia de la Visa VAWA (Violence Against Women Act).

Con mucho miedo, pero decidida a liberarse de su situación, Luisa buscó ayuda profesional y con su apoyo, presentó una solicitud para la Visa VAWA, acompañada de los informes médicos y los testimonios de los vecinos y amigos que habían sido testigos de la violencia.

El proceso fue largo y emocionalmente agotador, pero Luisa encontró consuelo y fortaleza en la comunidad de mujeres que, como ella, luchaban por una vida libre de violencia. Con el tiempo, su solicitud fue aprobada, y Luisa comenzó a reconstruir su vida.

Aunque el camino hacia la recuperación es largo, Luisa se siente más segura y esperanzada. Ha encontrado un trabajo y está en proceso de recibir terapia para superar el trauma vivido. Su historia, aunque dolorosa, es un testimonio de resiliencia y la importancia de buscar ayuda y justicia.

ENTREVISTA

Dame tu nombre, edad, estado civil y nacionalidad

R/. Me llamo Luisa Pineda, tengo 34 años, casada y soy de Honduras

¿Por qué saliste de tu País?

R/ Conocí a Jhon un ciudadano americano por una red social y durante un año, mantuvimos una relación virtual, nos enviábamos mensajes y hacíamos videollamadas. Él era muy especial conmigo y me prometió una vida llena de amor y tranquilidad, y yo toda ilusionada y enamorada con la idea de un futuro mejor, decidí dar el paso y viajé a los Estados Unidos y en poco tiempo de haber llegado nos casamos en una ceremonia pequeña y con pocos invitados.

¿Y que pasó después?

R/ Pues al principio todo color de rosa, Jhon era cariñoso y atento, pero de un momento a otro no me dejaba comunicarme con mi familia en Honduras, empezó a abusar verbalmente de mí, humillándome constantemente, incluso delante de los amigos y después fueron agresiones físicas. Yo vivía en un estado constante de miedo y ansiedad, sin saber cuándo John perdería el control nuevamente.

Pero una noche el me atacó brutalmente, dejando mi rostro lleno de golpes, morado, hinchado, la nariz me sangraba y los brazos y piernas también golpeados hasta que caí al suelo, recordarlo me hace sentir escalofríos.

¿Como te enteras de Servicios Migratorios Integrales?

R/ Alguna vez una amiga que también inmigró aquí a Estados Unidos, me dijo que si algún día necesitaba ayuda no dudara en pedir apoyo legal. Así que por medio de redes sociales buscando me encontré a Servicios Migratorios Integrales y por ellos supe que tenía derecho a solicitar la visa Vawa…yo no tenía idea.

¿Consideras que Servicios Migratorios Integrales fue transparente en relación a las condiciones del servicio que contrataste?

R/ Sí. Ellos han sido mi bendición, me explicaron paso a paso como sería el proceso, muy profesionales todos y me mantuvieron informada todo el tiempo.

¿Cómo fue tu experiencia con Servicios Migratorios Integrales?

R/ Muy positiva. la calidad humana de todo su equipo, me hicieron sentir mas persona, entendí que tenía derechos y no debía tener temor en reclamarlos.

¿Recomiendas a Servicios Migratorios Integrales?

R/ Sin duda alguna. Solo tengo palabras para agradecerles el profesionalismo y la entrega que tuvieron en mi proceso. 

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