Augusto Méndez joven de 29 años soltero, había soñado con ser periodista toda su vida. Creció en un rincón perdido de México, donde las noticias llegaban a cuentagotas, y donde, de todos modos, el manto del silencio y la corrupción parecía cubrir la verdad sin importar qué.
Carlos, con un postgrado en periodismo, comenzó su carrera como periodista independiente escribiendo para varios periódicos y revistas. Su brillo y tenacidad lo hicieron ganar reputación en su círculo social como hombre de integridad y valor, pero también le costó a este joven profesional muchos enemigos influyentes.
Todo comenzó cuando Augusto decidió investigar la forma de robo de hidrocarburos, o “huachicoleo”, como se le conoce en México. Había escuchado muchos rumores acerca de cómo incluso algunos altos funcionarios del gobierno y empresarios ricos estaban involucrados en esta “actividad” tan lucrativa. Carlos sabía que estaba a punto de embarcarse en una peligrosa misión, pero la verdad importaba más que cualquier temor.
Durante varios meses trabajó duro, dedicando días y noches enteras a su investigación. Se topó con una red de corrupción que se extendía desde las aldeas más empobrecidas hasta las oficinas de los más poderosos en el gobierno. Escribió sus hallazgos en una serie de artículos que sacudieron a la nación. La descripción de las operaciones clandestinas, los sobornos y las amenazas de muerte revelaba un mundo oscuro y despiadado.
No tardaron en aparecer amenazas. Al principio, eran llamadas telefónicas anónimas y cartas intimidantes. Luego, extraños comenzaron a vagar por su casa y su lugar de trabajo. Una mañana, descubrió un mensaje pegajoso en su puerta que decía: “Deja de escribir o pagarás con tu vida”. A Augusto le temblaron las piernas, pero no quería ceder.
La presión sobre él se hizo insoportable. De vuelta a casa, un coche lo golpeó a propósito en la oscuridad de la noche con la intención de sacarlo de la carretera y hacer que chocara contra un árbol. Sobrevivió, pero entendió que las amenazas solo empeorarían con el tiempo.
En junio del 2022 decidió viajar a los Estados Unidos con visa de turista, con el objetivo de solicitar asilo para vivir tranquilamente. Lo reciben en Miami unos amigos.
Augusto presentó un buen número de pruebas para corroborar que de hecho estaba en peligro en su país. Proveyó de toda la evidencia del intento de asesinato y las amenazas de peligro hacia su vida. Había causado gran sensación entre grupos de derechos humanos y periodistas.
Después de varios meses, finalmente le concedieron asilo. Ahora podía vivir en paz en los Estados Unidos, pero estaba consciente de que, en su país, aún existía la corrupción y la violencia.
Desde los Estados Unidos, Augusto continuó con su carrera periodística, esta vez con la intención de traer a la luz la corrupción y la violencia de las que estaba siendo víctima su país a miles de millas de distancia. Sus palabras continuaban resonando, y su voz, a pesar de estar lejos, se había convertido en una vela de esperanza para la gente de México.
Y así, bajo la sombra del petróleo y la corrupción, Augusto Méndez siguió escribiendo, con la esperanza de que algún día su país se convirtiera en el tipo de nación donde la verdad no tendría que esconderse, y los periodistas no tendrían que preocuparse por sus vidas.
ENTREVISTA
Dame tu nombre, edad, estado civil y nacionalidad
R/ Soy Augusto Méndez, periodista, tengo 29 años, soltero de México
¿Te dedicabas al periodismo en México?
R// Si. Me dedicaba al periodismo independiente, enfocándome en investigar el robo de hidrocarburos, también conocido como ‘huachicoleo’. Esta actividad implica a personas del gobierno y a empresarios.”
¿Cuál fue el motivo que te obligó a salir de tu país?
R/ Mi investigación me llevó a descubrir una red de corrupción que se extendía desde las aldeas más pobres hasta las oficinas más altas del gobierno. Mis publicaciones sacudieron al país. No pasó mucho tiempo antes de que empezaran las amenazas. Al principio, recibía llamadas anónimas y cartas intimidantes. Después, personas desconocidas comenzaron a rondar mi casa y mi lugar de trabajo. Una mañana, encontré un mensaje pegado en mi puerta que decía: “Deja de escribir o pagarás con tu vida”.
Y una noche, mientras volvía a casa, un coche me golpeó a propósito, tratando de sacarme de la carretera y hacer que chocara contra un árbol. Sobreviví, pero comprendí que las amenazas solo empeorarían con el tiempo.
¿Cuándo y cómo llegas a Estados Unidos?
R/Ingreso a Estados Unidos con visa de turismo, en junio de 2022, con la claridad de solicitar asilo.
¿Cómo llegaste a Servicios Migratorios Integrales?
R/ Uno de los amigos que me recibió en Miami me recomendó Servicios Migratorios Integrales, pues su cuñada obtuvo la visa vawa a través de ellos.
¿Cómo fue tu experiencia con Servicios Migratorios Integrales?
R/ Excelente experiencia. Me siento muy afortunado de haber realizado mi proceso de asilo con ellos. Desde el principio, me hicieron sentir acogido y seguro. Su profesionalismo y honestidad se notan en la manera en que explican el proceso desde todas las perspectivas.
¿Consideras que Servicios Migratorios Integrales cambió tu vida?
R/ Sin duda alguna, obtener el asilo con ellos me ha permitido seguir ejerciendo mi pasión por el periodismo. Desde aquí, puedo continuar con mi propósito, con la esperanza de que algún día mi país se convierta en una nación donde la verdad no tenga que esconderse y los periodistas no teman por sus vidas.
¿Recomiendas a Servicios Migratorios Integrales?
R/ Sí. Servicios Migratorios Integrales se destaca por su claridad, profesionalismo, experiencia y dedicación. Estoy muy agradecido y siempre los recomendaré. De nuevo, muchas gracias.